Alerta Domperidona: ¿la punta del Iceberg de la improvisación?
Por Miguel Morales Segura*
Es preocupante que la respuesta de farmacovigilancia sea tan tardía y extemporánea en nuestro país y que las autoridades de instituciones como ANAMED y gremios profesionales lleguen de modo tan tardío a examinar datos de la literatura científico-médica que debería ser uno de sus principales preocupaciones.
¿Es la domperidona hoy el centro del debate? De ningún modo; es solamente el interés por discutir la importancia que poseen los medicamentos OTC.
A diferencia de lo que se ha intentado señalar hoy en los distintos medios de comunicación, la alteración del Electrocardiograma por la administración de domperidona, es un efecto ampliamente conocido por lo menos desde hace 20 años.
De hecho, ya en 1986 se realizaban en Inglaterra monitoreos de niños con cáncer que estaban recibiendo domperidona frente a la posibilidad que tuvieran alteraciones cardíacas (PediatrHematolOncol. 1986;3(4):343-6). Ese mismo año otros estudios señalaban que pacientes mayores de 60 años tenían riesgo cardíaco al usar domperidona.
Más aún, hay artículos relevantes en los años 2010 y 2011, y sin embargo reinaba el silencio en este tema. ¿Y cómo se autorizó para que la domperidona fuera OTC? ¿Quienes son los que autorizaron su uso?
Ya antes había sucedido lo mismo con el astemizol (antihistamínico) y con el tegaserod, que había sido casi recetado con devoción por parte de muchos médicos para el tratamiento del Síndrome de colon irritable. ¿Por otra parte, cuanto se tardaron en reaccionar respecto de la sibutramina?
Por lo anterior, es que preocupa el revuelo que causa ahora la domperidona, cuando la literatura desde el año 1986 ha abundado en artículos que han centrado su quehacer en el riesgo de uso de domperidona en relación a muerte cardíaca súbita e incluso se han publicado artículos que establecen relación causa-efecto (Acta cardiológica 2011).
¿No son acaso los mismos colegios profesionales y sociedades científicas, además de la autoridad de salud, los que están éticamente obligados a realizar de manera constante revisión de los recursos terapéutico que emplean?
Pareciese que justo hoy, que se discute del proyecto de ley que aumenta la accesibilidad social a medicamentos OTC el lobby de las cadenas oligopólicas de farmacias rinde nuevamente sus frutos.
El aparecer causando alarma pública por numerosos medios de comunicación, dando pie para el festín periodístico, no está a la altura de lo que debiese ser un adecuado uso de los canales de información a la población ,en un marco de sana farmacovigilancia.
En estos casos, se debe actuar con prudencia, aquí no se trata de derrumbar a los medicamentos OTC o levantar el riesgo que significa el uso de muchos medicamentos prescritos con receta; el uso correcto implica identificar el correcto uso y educar.
Más allá de responder a lobbies circunstanciales, debemos reconocer la tremenda importancia que debiese tener una institución profesional y del Estado, que verdaderamente esté preocupada de estos temas y confiemos que esa institución sea la ANAMED; que cuando se constituya como una verdadera “agencia” debería poder realizar esta función de forma mucho más eficaz.
Por otra parte, debe llamar a la reflexión el ver lo que ha sucedido respecto de la alarma internacional que ha surgido respecto de la relación de medicamentos hipnóticos, tales como Zolpidem y Zopiclona y el aumento de mortalidad ( British Medical Journal, Febrero 2012); o bien el aumento de incidencia de fractura de cadera y el uso del omeprazol.
¿Qué se ha comentado en Chile? Nada. Quizás porque involucran de modo importante la receta médica.
¿Deberemos esperar que se analicen otros proyectos de leyes, ahora con otros “lobbistas”, para escandalizarnos por el uso de estos medicamentos?
“Afortunadamente el conocimiento se difunde a pesar de los intereses”
«Una población asustada, seguirá cautiva en sus decisiones.»
Los medicamentos OTC cuentan con un amplio apoyo de instituciones internacionales, organismos médicos relevantes y en su esencia requieren como eje fundamental, contar con la eficacia y seguridad que hagan de su uso una decisión adecuada y bajo el esquema de automedicación responsable (Auspiciado por la OMS).
Esto no significa que no estén sujetos al dinamismo que determina el conocimiento científico y así como de medicamentos con receta pasan a medicamentos de venta directa (OTC), no significa que estas decisiones no puedan ser revertidas. De hecho, es muy conveniente que así sea!! Esa es la base del sistema!!
Son numerosos los medicamentos con receta que se han retirado del mercado después de verdaderos desastres: recuerdo el caso de cerivastatina, agente para reducir el colesterol; o bien el caso de Rofecoxib, analgésico antiinflamatorio, que fue antecedido de verdaderas campañas de penetración del mercado y tardíamente se actúo frente el daño cardiovascular que provocaba.
Lo anterior, es parte del natural desenvolvimiento del conocimiento farmacológico y clínico y no por estas circunstancias tendremos que satanizar los medicamentos recetados ni los sin receta.
Lo que si debemos exigir es altura de miras y autoridades políticas y profesionales que velen por el bien común, mas allá de lo mediato, mas allá de intereses cortoplacistas y de grupos especiales.
*Farmacólogo, Profesor Asociado y Sub-Director del Programa de Farmacología Molecular y Clínica de la Facultad de Medicina. Universidad de Chile.